sábado, 8 de noviembre de 2008

Otoño en mi lugar...

... que no en mi corazón...

Resultó una fría y desapetecible tarde de otoño, un buen momento para verse. Desafiando a la lluvia y al cierzo, esos dos locos acordaron quedar donde siempre... Un lugra en el mundo.

Tumeatusas llegaba tarde, se había entretenido con el ordenador, los render es lo que tienen, te dejan hacer muchas cosas entre medias pero se te olvida que la tierra sigue rotando... el tiempo se le había pasado y como siempre... llegaba tarde.

Yotemeso sabía de la inpuntualidad de Tumeatusas pero no le gustaba llegar tarde a las citas, zigzagueo por el tortuoso camino desde la otra punta de la ciudad, entre el atasco de semejante día de lluvia.

En Un lugar en el mundo Tumeatusas acarició el pelo a Yotemeso y ésta en un guiño cómplice hizo lo propio con su barba.

Dos locos que siempre encuentran un momento para perderse aunque fuera la climatología sea contraria.

Dedicado a Tumeatusas y Yotemeso, ¡Estáis insoportables!

lunes, 13 de octubre de 2008

926 ~ ¡Qué injusto!

¡Qué injusto! Estar tan cerquita y en un momento verte desaparecer.
Ninguna despedida es suficiente, por mucha pasión del último beso, este es eso, el último beso.
Quiero pensar que nunca hay un último mimo, sino que todos son el penúltimo, pero ¡Qué injusto!
¡Qué injusto! Acostumbrarme a tu compañía y al despistarme quedarme en la orilla calma de un río que un día fue remolino, cuyo cauce me enseñó a fluir en su caudal desbordado a borbotones, agua permeable a mi ser moldeable, agua que bebo y que me calma la sed... ¡Qué injusto!
Verte pasar como agua, ese agua que me moldea y que he de beber, que calma mi sed y cura mis heridas.
¡Qué injusto! Colgarme del télefono para escuchar la voz a la que soy adicta, cuando te he tenido en tantas conversaciones, tantas risas, tantos gestos. ¡Qué injusto!

¡Qué injusto! Peró seré justa si digo que GRACIAS por nuestros momentos y por todos lo que van a venir. Vamos camino de romper moldes y estadísitcas, los demás no tienen ni idea ¿verdad?

Quiero gritar ¡Qué injusto! Pero por civismo... omito mi grito... es más de media noche...
¡Qué injusto no estar ahora donde estás!

martes, 7 de octubre de 2008

Para gustos... colores [4]

... Delante de pequeñas pantallas, mirando títulos de canciones en el "emepetren", gustos dispares, aficiones en común...
Pero se hacía tarde, regresar alejándose de la ciudad, una cita les reunió en el centro, el final de la tarde les volvía a alejar...
La camarera se acercó y al pedir la cuenta ella insistió, fue un acto reflejo, sin ninguna intención... pero "yo te invito, así tenemos excusa para volver a quedar, para que me invites a un café", es lo que oí que dijo ella, irresistible si el gesto que acompaña es una sonrisa...
Él confesó que se le puso la piel de gallina... mmm ¿qué estaría pensando aquel extraño conocido?

Y yo en la mesa de al lado... tomando mi granizado de limón, haciendo oreja, sé que está feo, pero no pude evitarlo... luego imaginé de dónde venían, qué habrían hecho, y por qué habían elegido ese lugar. Puede que pasara lo que imaginé y planté en mi bloguillo pero si algo tuve en común con esa pareja fue vivir el día de las pelusas.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Veo a través de la oscuridad

EXPO 2008 - JOIE

Es un descanso, aunque fuéramos casi a tientas en la oscuridad, ésta mitigaba el cansancio de la luz tan intensa del exterior. Al ir acostumbrando nuestra visión al negro descubrimos que en la oscuridad también hay luz y que somos capaces de ver.

sábado, 27 de septiembre de 2008

La ciudad me mira con tus ojos...

EXPO 2008 - Autor: JOIE

Lo mejor de esos días, la siesta a la sombra y las risas...

... risas compartidas al ver gente que sube, gente que baja, gente que vuelve a subir, oiga que mareo, gente que baja y gente que sube y gente que baja, no se cuantos kilómetros de ascenso y descenso con los músculos del estómago en tensión.

Lo mejor de lo mejor, mis nuevas patas de gallo, ¡pero lo llevo bien!

sábado, 20 de septiembre de 2008

Descubriendo la rivera... destino: refresco bajo un cielo amenazando tormenta [3]

... a paso lento, bordeando la Almozara, por fin llegamos a la pasarela... recién inaugurada, la atravesamos casi sin darnos cuenta pues nos habíamos enzarzado en una conversación sin fin, tuvimos tiempo de parar frente a la zona de Expo 2008, aquello parecía tener ya otro color, pero dudábamos si estaría preparada.
... Me enseñaste el paseo virtual que habíais creado en Vórtice y que tanto tiempo os había llevado y cómo el sentir de algún pabellón había cambiado desde su concepción original, era igual que estar en una visita guiada, conociendo detalles que al común de los mortales, yo así hasta entonces, pasarían desapercibidos...
... Y descubrí cómo había mejorado el paseo de Ranillas... comenzaban a aparecer algunas nubes que nos hacían reír de vez en cuando y pronunciar un santo y seña que no sabía lo que quería decir... "mmmm, parece que va a llover".
... Andando por la rivera llegó un momento que teníamos el Puente de Piedra delante pero no podíamos avanzar, por supuesto, había obras. Como si fuéramos adolescentes intentamos encontrar un atajo, subiendo una valla, subiendo unas escaleras, sin acceso, bajando las escaleras, bajando la valla, retrocediendo en el camino y atravesando un jardín yermo, bordeamos las obras y llegamos al Puente... que al subir la valla y subir las escaleras, casi habíamos tocado con las manos...
... Superada esta prueba y relajados seguimos caminando hacia ninguna parte y descubriendo lugares emblemáticos de la ciudad a nuestro paso... Merecíamos un pequeño descanso.
Acudiendo, al que hoy es ya nuestro bar, nos sentamos en la terraza desafiando una inminente tormenta de cielo negro, caldeado con un batido de chocolate y no recuerdo si un café con leche o un refresco...
... El día de las pelusas estaba llegando a su fin... el fin, de la primera tarde de risas, de gestos cómplices y de conversación...

lunes, 8 de septiembre de 2008

¡Qué manos más bonitas tienes!... [2]

... son para tocarte mejor... mmmmmm ¡qué procaz, qué procaz!...

... ese viaje inexistente y no registrado en mi memoria se convirtió en realidad cuando a la entrada de la ciudad algo se revolvió en mi bolso... mi móvil... ya algo impaciente me quité la música y ví un mensaje de mi cita... ¿a qué anulaba la quedada?... leí y no era una anulación... era el aviso de un retraso causado por la mala suerte... tres autobuses averiados...
... no es que no me lo creyera, pero un sirocazo hizo abrir la tapa del teléfono e impulsivamente llamar... al descolgar:

... "¡Hola!, soy yo, Marga, ¿no me irás a dar plantón?, ni se te ocurra..." agradecí la advertencia por la tardanza y esperé pacientemente en un banco, en frente del museo, volví a escuchar música... en el día que yo bauticé como día de las pelusas por no nombrarlo con número, evoca más con nombre... y estuvimos de acuerdo en que ese fuera el "día de las pelusas"...

... Propuse dónde ir y tú el camino a seguir, nada acertado por otro lado, pero daba lo mismo, ya que estábamos inmersos en una conversación de lo más animada, risas, anécdotas y atropellos... al final cruzamos la gran avenida junto a la rivera, comenzaba nuestra andadura y nosotros sin saberlo...

... ¡Qué ingenuos!...

Dedicado a las progresiones matemáticas que comienzan en cuatro y exponencialmente tienden al infinito... ¿Qué ocurrirá en el paseo? ¿Qué descubriremos a nuestro paso? ¿Dónde decidiremos parar a descansar?... ¿Continuará?

Nota para un despistado: Modo de empleo. Siga la historia con los números entre corchetes, son una única, pero con títulos diferentes.